Imaginemos que creamos un universo a escala, en el que la Tierra tendría un tamaño de un milímetro de diámetro.
Si la Tierra fuera una esferita de un milímetro de diámetro el Sol sería una pelota de once centímetros y estaría a unos doce metros de distancia. La estrella más cercana, Alfa Centauri, estaría a 3100 kilómetros de distancia.
Respetando la escala, la Luna sería del tamaño de una motita de polvo a tres centímetros de la Tierra. Los planetas Mercurio, Venus, Tierra y Marte caen dentro de los 18 metros del Sol. El gigante Júpiter, ahora de 1,1 centímetro, quedaría a unos 62 metros del Sol y Plutón (que ahora es un planetoide) estaría a 450 metros del Sol. Pasando Neptuno, ahora el último planeta, comienza el Cinturón de Kuiper, reservorio de cometas de corto período. Este se extendería desde los 360 metros hasta los 6 kilómetros y para llegar a la zona de los cometas de largo período (nube de Oort) habría que viajar 1200 kilómetros y 3100 para llegar a Alfa Centauri. Si queremos salir de la Vía Láctea y visitar a la galaxia más cercana, la Nube Mayor de Magallanes, tendremos que viajar 120 millones de kilómetros.
Si volvemos a la realidad, y queremos ver que diferencia tienen de tamaño los planetas de nuestro sistema solar respecto el Sol, tan solo tenéis que observar la siguiente imagen.
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